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INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN A LA PRÁCTICA DEL ZEN
La introducción a la práctica de la meditación zen (zazen) tiene lugar todos los sábados en el Dojo Zen Ryokan a las 10:00 h.
Consiste en la presentación y puesta en práctica de los 3 pilares de la meditación zen (zazen) que son: la postura del cuerpo, la respiración y la actitud mental.
Seguidamente, a las 11:00 h, tiene lugar la práctica de zazen (meditación zen), a continuación de la cual, hacia las 12:30 h, se propone un espacio para preguntas y respuestas.
Ofrecemos tanto la introducción a la práctica como la primera sesión de zazen de forma gratuita.
Os recomendamos asistir con ropa cómoda y, si es posible, oscura, y os pedimos llegar con puntualidad.
QUÉ ES EL ZEN?
La práctica de zazen es el secreto del zen.
Zazen es la postura del despertar.
Durante su práctica no hay que querer alcanzar o conseguir nada, sea lo que sea.
Es solamente concentración sobre la postura, la respiración y la actitud del espíritu, sin objeto.

LA POSTURA
Sentados en el medio del zafu (cojín redondo), se cruzan las piernas en la posición de loto o de medio loto.
Si ello no es posible, se cruzan las piernas simplemente, sin colocar el pie en el muslo opuesto, pero es esencial que las rodillas estén en contacto con el suelo.
La columna vertebral bien derecha, el mentón entrado y la nuca estirada, la nariz en la misma línea vertical que el ombligo. Se “empuja” la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza.
Los dedos de la mano izquierda sobre los dedos de la mano derecha, las palmas hacia el cielo, los pulgares se tocan, formando una línea derecha. Las manos descansan en los pies, en el regazo, o sobre un soporte (mangas del kimono, manta, tela…), con los cantos en contacto con el abdomen, justo debajo del ombligo. Los hombros están relajados. La punta de la lengua toca el paladar, justo detrás de los incisivos superiores. La vista está puesta aproximadamente a un metro de distancia en el suelo, sin mirar nada en particular.

LA RESPIRACIÓN
La respiración zen no se puede comparar con ninguna otra. Es muy antigua, en sánscrito se la nombraba ‘anapanasati’, y solamente puede surgir de una postura correcta.
En primer lugar se trata de establecer un ritmo lento, profundo y natural, basado en una expiración suave, larga y profunda, con la conciencia en el bajo vientre. El aire se expulsa lenta y silenciosamente por la nariz.
Al final de la expiración, la inspiración se hace naturalmente.
Los maestros comparan la respiración zen con el mugir de las vacas o con la expiración de un bebé que grita, recién nacido.

LA ACTITUD MENTAL
Sentados en zazen, dejamos que los pensamientos, las imágenes, las construcciones mentales que surgen del inconsciente, pasen como nubes por el cielo—sin oponernos a ellos ni seguirlos.
Como los reflejos en un espejo, las emanaciones del subconsciente aparecen, se desvanecen, surgen otra vez… Aparece el inconsciente profundo y, más allá de todos los pensamientos, hishiryo, verdadera pureza.
Esta actitud de espíritu surge naturalmente de una concentración profunda en la postura y la respiración.